jueves, 7 de junio de 2007

Eternal sunshine for the spotless mind!


En mi nueva costumbre de rentar películas, tuve la buena fortuna de encontrarme con Eternal sunshine of the spotless mind. Protagonizada por un Jim Carrey que también sabe hacer papeles dramáticos, este filme deja poco que desear y mucho que reflexionar.


La historia estuvo a cargo del guionista Charlie Kaufman, genio creador detrás de El ladrón de Orquideas: excelente historia con un oroborus dentro de otro oroborus, dentro de otro oroborus… También me gustaría señalar que la dirección la película estuvo a cargo de Michel Gondry, entre cuyo bagaje fílmico se encuentran los vídeos de Björk.


Con un poco de temor a spoilear la historia (valga el intento de anglicismo), relataré a guisa de sinopsis el dichoso plot. Un par de inadaptados sociales se conocen, se atraen y andan juntos. Todo va bien hasta que comienzan, como en toda relación, a tener sus diferencias. En algún punto ella decide acudir a una empresa clandestina de borrado selectivo de memoria para desaparecer a su amado de su psique (ojo: psique y no sique, pues el segundo significa “higos”, y no creo que nadie quiera borrar a nadie de sus higos; ñeee!!). Él se percata y decide actuar de la misma manera, borrándola de su mente. Sin embargo, durante el proceso, se da cuenta que también hay recuerdos bellos y termina arrepintiéndose. Es entonces cuando él, dentro de él mismo, dentro de él mismo, dentro de él mismo… escapa, junto con la representación mental de su amada, de aquellos que quieren borrarla de su memoria.


Las escenas no podían ser más surrealistas. El espectador sigue con atención apremiante la fuga de los enamorados que atraviesan id, ego y superego hasta que, finalmente, son encontrados y la imagen mental de ella es borrada de la memoria de él.


Los monólogos tristes y contundentes del protagonista denotan su insospechada inteligencia y, por demás, la melancolía* que le colma el cuerpo, up to the bones…


Por otro lado, me parece que la película plantea una temática interesante: ¿Qué pasaría si pudiéramos borrar nuestros recuerdos más dolorosos? ¿Sería acaso la panacea para nuestros problemas? A primera vista, pareciera que la no-memoria corresponde a la no-existencia de los hechos, y por tanto la de los errores y las cicatrices que nos marcan la vida para siempre. Cogito ergo sum, y de ahí parto para decir que si no recuerdo algo, ese algo no existe para mí, no forma parte del conjunto de experiencias que me definen. La extirpación de nuestros peores recuerdos alivia nuestra mente, nos funciona de catarsis, y nos brinda una verdadera segunda oportunidad en nuestras vidas.


Y sin embargo, ¿será esto cierto? El transcurso del plot resuelve la disyuntiva con ejemplos prácticos: los personajes cuyas memorias fueron dañadas vuelven a cometer los mismos errores, casi como llevados de la mano por un destino edípico. Sin ciertos eventos decisivos en nuestra mneme, ¿Cómo evitar caer en las mismas faltas?


Para concluir, centro la atención en el título de la película, el cual tiene mucho que decir. Eternal sunshine of the spotless mind! es un verso de Eloisa to Abelard, poema trágico de Alexander Pope. La estrofa completa reza así:


How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.

, que traducido al español sería:


¡Que felices son las vírgenes que nunca se culpan!
El mundo olvidando, por el mundo olvidadas
¡El Eterno resplandor de una mente sin recuerdos!**
Cada oración aceptada, y cada deseo renunciado.


Honestamente, me costó más de un par de lecturas entender el texto debido a que no he leído el poema completo, el cual cero ganas de platicarles de qué trata: en primera porque sería congestionar esto de información, que de por sí ya está más que tupido; en segunda porque al final decidí darle mi propio significado acontextual; en tercera porque mejor se los dejo de tarea; y en cuarta porque no me da la gana.


Esta estrofa, a mi manera de verlo, habla de las mentes puras, sin mancha, sin esos vidrios rotos que son nuestras memorias más abrasivas. Esta estrofa está dedicada para aquel que no ha vivido lo suficiente, que no tiene una canción que le exprima el estómago o camine por algún lugar en específico sin que se le escape un suspiro o retenga una lágrima.


De alguna manera, me parece como si el autor de la estrofa la hubiera escrito con envidia. O será que no el escritor, sino yo, en mi relación dialéctica con la lectura, le imprimo este sentimiento. ¿Pero y cómo no anhelar los tiempos de inocencia? Aquellas tardes con olor a nuevo, cuando la vida bella, la curiosidad del beso y la sensación de que uno lo sabe todo cuando en realidad no tiene idea de nada. Cuántas reminiscencias que me renacen cuando leo este verso. Si acaso hubiera alguna manera de regresar a ello, alguna forma, alguna máquina borra-recuerdos… qué importa sufrir de nuevo el desencanto, el reventar de la burbuja, el desteñir de sueños… todo con tal de poder verte y sonreír de nuevo.


Eriol


* Perversión innombrable, blanca… pulsión de muerte. O no, Elo??
**La palabra spotless significa sin mancha, pero la traducción del título de la película se traduce como sin recuerdos, quizás como un juego de palabras, quizás para acentuar la temática de la película


No hay comentarios: